Suelo comentar en este blog algún evento de la actividad económica y financiera del día. El día de hoy el término que más he leído es, de nuevo, el de recesión, ello en medio de una nueva y profunda caída de los mercados bursátiles en general.
El término recesión se utiliza, según el consenso, para calificar la situación económica de un país donde, al menos por dos trimestres consecutivos, hay reducción del Producto Interno Bruto. Hoy se leían voces que hablaban de que Estados Unidos podría entrar en recesión de nuevo (aunque la FED, quizás con poca convicción, dice que las posibilidades de que eso suceda son bajas....)
No soy un economista teórico. Quizás soy un escéptico de las generalizaciones y sólo sigo la realidad económica y financiera con mucha atención, observando los efectos de las cosas. No se ( pocos sabrán supongo...) si va a venir de nuevo una recesión en algunos países o regiones, pero considero que el término, por si mismo, incorpora una negatividad tremendamente contagiosa y provoca reacciones "defensivas" que pueden ser irracionales y alimentar la bola de nieve de la incertidumbre y la falta de confianza, además de la muy perjudicial de la volatilidad.
¿Será posible que el PBI de un país pueda no crecer, pero pueda estar compuesto de una producción más adecuada, más eficiente y rentable? Fácil escribirlo, pero si ello fuera así, quizás la suma total de la ecuación que explica el tamaño de la economía no fuera lo único importante y, sin embargo, si lo fueran los componentes individuales de esa gran suma, no siendo quizás el más importante de esos componentes la evolución de los mercados bursátiles (y si no que se lo digan a Buffett....)
Raúl Baltar